Georrádar

      El georrádar es sin duda uno de los métodos geofísicos más ampliamente utilizados en Arqueología. Su potencia estriba en la capacidad de aportar un gran volumen de información sobre la configuración de los depósitos arqueológicos, lo cual en contrapartida implica una mayor complejidad en el tratamiento e interpretación de los datos.

     Su funcionamiento está basado en la emisión de ondas electromagnéticas y en la medición de la señal reflejada, la cual depende de las propiedades dieléctricas de los materiales del subsuelo. El retardo temporal de la señal reflejada sirve para estimar la profundidad de los objetos enterrados. Esta última, junto con la resolución de la imagen que se genera,  están relacionadas con la frecuencia del pulso electromagnético, la variabilidad de las propiedades dieléctricas de los materiales, y el tamaño y forma de las estructuras que pretendemos detectar. Respecto a la frecuencia, es posible emplear diferentes configuraciones de antenas en función del objetivo de la prospección. Valores más altos permitirán obtener imágenes muy detalladas, pero por contra ofrecen una capacidad de penetración baja. Si  lo que queremos en cambio es alcanzar grandes profundidades (por ejemplo para un estudio geológico), deberemos emplear antenas con baja frecuencia, que ofrecen una baja resolución espacial pero una mayor capacidad de penetración. Esta última está también determinada por la capacidad de las ondas de penetrar a través de diferentes materiales y sus condiciones de compactación, humedad, temperatura, composición etc. 

Equipos disponibles 

MINARQLAB


Plaza de España, 15, 06800 Mérida, Badajoz

(+34) 924 31 56 61

info@iam.csic.es 

Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar